Cómo Ser un Buen Líder: Consejos Clave | Bupa Latinoamérica

¿Qué es ser un buen líder?

El concepto de liderazgo ha cambiado con el paso del tiempo, y las características que diferencia a un buen líder de uno que no lo es también. En la actualidad, los buenos líderes no se destacan sólo por ser personas que tienen autoridad, sino por su capacidad para generar confianza en los demás, construir relaciones sólidas, y transmitir su visión con mucha claridad.

Además, los buenos líderes también son capaces de influenciar a las personas con las que trabajan, y guiarlas para cumplir las metas u objetivos que tienen en común. Según la Harvard Business Review, se trata de personas que utilizan sus habilidades sociales para ayudar a los demás a alcanzar la mejor versión de sí mismos. 

Características de un buen líder

Las características de un buen líder son muy variadas, y conocerlas te puede servir para saber en qué áreas debes mejorar para fortalecer tu liderazgo. Un líder debe ser capaz de motivar a su equipo para lograr objetivos comunes, y contar con herramientas que le ayuden a tener una relación más cercana con su equipo de trabajo.

Otro punto en el que debemos hacer énfasis, es que los líderes deben tener habilidades para delegar, ser resilientes ante las situaciones adversas, y tomar decisiones inteligentes. La lista es muy amplia, así que lo mejor es que pasemos a ver cuáles son algunas de esas características de las que estamos hablando. 

Empatía

La Universidad de Ottawa señala que la empatía es una de las habilidades más importantes de un buen líder, ya que con ella las personas se muestran más accesibles, y se ganan el respeto de los demás con mayor facilidad.

En términos generales, y en el contexto de las estrategias para ser un buen líder, la empatía es la capacidad que tiene alguien de comprender a los demás, y conectar emocionalmente con sus experiencias, sentimientos y necesidades. Para lograr ser un líder empático, hay que ponerse en el lugar de los otros, escucharlos con atención, y demostrar interés en sus preocupaciones o problemas.

Uno de los principales beneficios de ser un líder empático, es que gracias a ella se puede mejorar el rendimiento y la eficacia de los equipos de trabajo. Un colaborador que siente que se presta atención a sus necesidades, está más dispuesto a comprometerse y esforzarse por lograr sus metas.

Comunicación efectiva

La comunicación efectiva es una de las herramientas más importantes en lo que respecta al liderazgo, ya que ayuda a influir, inspirar y guiar a los equipos de trabajo. En términos sencillos, podemos decir que la comunicación efectiva es la capacidad de transmitir los mensajes de forma clara, y fomentar una comunicación abierta con las demás personas.

Esto implica no solo hablar, sino escuchar con atención a los otros, entender sus puntos de vista, y a partir de allí desarrollar un diálogo respetuoso. Asimismo, es importante construir credibilidad en lo que se dice, manteniendo la congruencia con lo que se hace.

Si quieres saber cómo ser un buen líder, debes empezar por aprender a comunicarte de manera efectiva. El feedback de los miembros de un equipo de trabajo es muy valioso, y puede ser útil para tomar mejores decisiones.

Habilidades de resolución de problemas

Explicar cómo deber ser un buen líder no es una tarea sencilla, porque el liderazgo requiere de muchas habilidades. Sin embargo, tenemos que señalar que una de las más importantes es la habilidad para solucionar problemas y tomar decisiones que ayuden a superar los obstáculos que se presenten.

Asimismo, es necesario tener presente que los buenos líderes no se conforman con implementar un determinado tipo de solución, sino que son personas que constantemente buscan oportunidades para aprender y mejorar. Gracias a ello pueden ajustar sus estrategias, en función de los resultados que obtuvieron, y descubrir nuevas formas de abordar los problemas cuando se vuelvan a presentar. 

Capacidad de inspirar y motivar

Gallup, una firma de análisis y asesoramiento sobre liderazgo a nivel global, señala que una de las características más importantes de un buen líder, es su capacidad para inspirar a los demás y motivarlos para llevar a cabo sus tareas de forma efectiva. Esto resulta fundamental, porque impulsa a los equipos a lograr sus objetivos, crea un ambiente de trabajo positivo, y fortalece la cultura organizacional.

Lo principal es aprender a identificar cuáles son las motivaciones particulares de cada miembro del equipo, y desarrollar estrategias para vincular los objetivos personales con los objetivos colectivos del equipo. Esto ayuda a que las personas alcancen su máximo potencial, y tengan un rendimiento más alto en todo lo que hacen.

Transparencia

Por último, para terminar de explicar cómo deber ser un buen líder, tenemos que hablar de la transparencia, un atributo indispensable para desempeñarse dentro de este tipo de posiciones. Ser honesto y demostrar claridad en todo lo que se hace ayuda a que los líderes construyan una relación de confianza sólida con su equipo de trabajo.

Esto significa también cumplir con todos los compromisos o promesas hechas, y actuar de acuerdo a lo que se predica. Cuando el líder es transparente en lo que dice y hace, se convierte en un modelo a seguir e inspira a quienes lo rodean.

Es necesario evitar los secretos y comunicar de forma abierta tanto las buenas como las malas noticias, y demostrar que se es una persona en la que se puede confiar plenamente. 

¿Qué hacer para convertirse en un buen líder?

El camino para convertirse en un buen líder es largo y requiere de un proceso de autodescubrimiento y aprendizaje en el que se pueden presentar muchos obstáculos. También es importante desarrollar ciertas habilidades para guiar e inspirar a los demás.

A pesar de las dificultades, no se trata de algo que sea imposible de conseguir, ya que el liderazgo es una habilidad que se puede cultivar y mejorar con esfuerzo y dedicación. Aunque no existe un camino único para lograrlo, y existen diferentes tipos de liderazgo, te comentamos cuáles son algunas de las estrategias que puedes aplicar para convertirte en un buen líder.

Evaluar fortalezas y debilidades

La mayoría de los especialistas que hablan de cómo ser un buen líder coinciden en que éste debe emplear la autocrítica y la autoevaluación. De esta forma logrará tener una comprensión más clara de sí mismo y tomar medidas que le ayuden a mejorar.

En este sentido, es necesario analizar cuáles son las fortalezas que se tienen, y cuáles son los puntos débiles en los que se debe seguir trabajando. En caso de que la persona no tenga desarrolladas sus habilidades para comunicarse de forma efectiva, o requiera de inteligencia emocional para ser más empático con los demás, debe esforzarse por adquirir estas habilidades.

Esto también lo puede lograr consultando a sus colegas y a su equipo de trabajo, ya que ellos pueden ofrecerle una visión más amplia y menos sesgada sobre sus fortalezas y sus debilidades más importantes. 

Identificar sesgos y prejuicios

Los prejuicios son uno de los peores enemigos de un líder, ya que pueden afectar directamente su relación con los otros, impactar en la diversidad de los equipos de trabajo y disminuir significativamente la capacidad que tiene una empresa de innovar.

Según The Center for Association Leadership, las personas deben reconocer que todos tenemos sesgos inconscientes que pueden incidir en la toma de decisiones, y es importante identificarlos para trabajar en ellos y superarlos.

La autoevaluación es sumamente importante, y es una señal clara de que la persona tiene la voluntad de cambiar cualquier prejuicio o conducta que pueda afectar negativamente a la empresa para la que trabaja.

Aprender a delegar tareas y autoridad de manera efectiva

Aprender a delegar tareas no solo alivia la carga de trabajo que tiene un líder, sino que también ayuda a que los otros miembros del equipo asuman responsabilidades y tengan espacio para desarrollar sus propias habilidades y capacidades. Sin embargo, es necesario tener un criterio claro al momento de hacer esto, porque cuando no se realiza de la manera adecuada, pueden haber malentendidos y problemas con el cumplimiento de ciertos objetivos.

Lo más importante es que el líder conozca muy bien a su equipo de trabajo, de manera que saber en qué área se destaca cada persona, y delegar en función de las capacidades y fortalezas de cada uno. Asimismo, es necesario trabajar en la comunicación, un aspecto del que ya hablamos antes.